martes, 15 de noviembre de 2016

Cuando mi barco se hunde
A nadie le gusta la adversidad, pasar por momentos difíciles, por lo menos a mí no; no sé a ti?
Sientes que tu barca se hunde, que el mar se balanza con sus impetuosas aguas sobre ti y no sabes que rumbo tomar, es una sensación de angustia y desesperación.
En las tormentas de la vida es cuando nuestra fe es realmente probada.
Mateo 8: 23-27. 23 Y entrando él en la barca, sus discípulos le siguieron.
24 Y he aquí que se levantó en el mar una tempestad tan grande que las olas cubrían la barca; pero él dormía.
25 Y vinieron sus discípulos y le despertaron, diciendo: ¡Señor, sálvanos, que perecemos!
 El les dijo: ¿Por qué teméis, hombres de poca fe? Entonces, levantándose, reprendió a los vientos y al mar; y se hizo grande bonanza.
 Y los hombres se maravillaron, diciendo: ¿Qué hombre es éste, que aun los vientos y el mar le obedecen?
Aquí nos damos cuenta de que las tormentas pueden venir a nuestras vidas aún andando con Jesús, no estamos exentos de ellas. Los discípulos ya llevaban un tiempo caminando con  él viendo sus milagros y las obras que hacía, pero aún así les invadió en temor, la angustia y la desesperación mientras veían como su maestro dormía plácidamente.
1 Pedro 1 6:9.   6 En lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas,
7 para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo,
8 a quien amáis sin haberle visto, en quien creyendo, aunque ahora no lo veáis, os alegráis con gozo inefable y glorioso;
9 obteniendo el fin de vuestra fe, que es la salvación de vuestras almas. 
Si nos alegramos en Cristo entonces tenemos que seguir gozosos glorificando su nombre aún en medio de la prueba más difícil porque el fin es nuestra salvación.
Apocalipsis 2:10 dice:  No temas en nada lo que vas a padecer. He aquí, el diablo echará a algunos de vosotros en la cárcel, para que seáis probados, y tendréis tribulación por diez días. Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida. 
Hasta cuando tiene que ser nuestra fidelidad? Hasta la muerte.
Dice el libro de filipenses 4:6-7 6 Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.
7 Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.
 
El gran problema es que le tenemos temor a la muerte, Dios quiere ir preparándonos para que no tengamos temor de echo él mismo dice que no moriremos sino que pasaremos de muerte a vida.
Hoy Jesús te dice: Juan 14: 1 y 27. No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. 27 La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo. 

Tres tipos de tormentas donde el protagonista duerme.
1-    En la tempestad Jesús dormía, mientras esperaba el momento de intervenir.
2-    En la tormenta  Jonás dormía para evadir su responsabilidad.
3-    En la tormenta mientras pablo dormía tuvo una revelación de salvación.

Las tres tempestades nos hablan de tres momentos en la vida del creyente.
1-      Hay momentos en los que el señor nos pondrá a prueba y veremos su gloria saliendo fortalecidos y enriquecidos en la fe.
2-      En la otra tormenta nos habla de cuando nos encontramos con las consecuencias de nuestra conducta, perjudicando a otros que no tienen nada que ver con nuestras acciones.
3-      En la tercera Dios nos permite ser instrumento de su gracia para bendición de muchos que padecen situaciones que les desbordan.
A nadie le gusta estar en el desierto, solo, sin provisiones, inseguros y sin tener una guía de a dónde dirigirse. Pero lo cierto es que algunas veces Dios se aleja de nosotros aunque siempre con un propósito.
Isaías 45:15.  Verdaderamente tú eres Dios que te encubres, Dios de Israel, que salvas.
Todos en algún momento hemos sentidos que estamos solos, que Dios se ha alejado de nosotros, que no nos escucha, nos preocupamos porque sin saber el por qué dejamos de sentir la presencia de Dios.
Algunos propósitos de este tiempo de tempestad o de desierto son:
1-    Para que le busquemos con insistencia.
2-    A Dios le agrada ver que es importante para nosotros.
3-    Ver que no vamos a claudicar hasta que nuevamente él nos regale su presencia.
Sí, es cierto que Dios a veces se oculta, pero también es verdad que él desea ser hallado.
Deuteronomio 29:29 Las cosas secretas pertenecen a Jehová nuestro Dios; mas las reveladas son para nosotros y para nuestros hijos para siempre, para que cumplamos todas las palabras de esta ley.
Nosotros queremos que todo sea rápido, instantáneo, pero Dios por lo regular obra al revés. Él no tiene prisa y se toma su tiempo para lograr sus propósitos.
Por ejemplo: Moisés vagó 40 años por el desierto antes de que Dios lo utilizará para liberar a más de dos millones de personas.
También David fue ungido como rey muchos años antes de recibir la corona y con todo lo que tuvo que pasar hasta que llegará ese momento, cualquiera podría haber pensado que ya Dios se había olvidado de eso, así también muchos otros personajes de la biblia. Tu y yo no somos la excepción Dios hará en nosotros lo que ha determinado hacer solo debemos esperar.
Proverbios 25:2 Gloria de Dios es encubrir un asunto; 
Pero honra del rey es escudriñarlo.   
Conclusión.
Las tormentas son pasajeras, no durarán para siempre. Tal vez tu cielo este cubierto de nubes negras y amenazantes, pero pronto vendrá el sol de justicia.


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